La leyenda cuenta que allí estaba el casco de la Estancia de Ruiz de Arellano, el fundador de Areco. En las calles Alsina y Lavalle, frente a la Plaza principal, se levanta una casa con piso en altos y balcones. Es en este casco y en una de sus habitaciones donde funcionó el primer oratorio del pueblo, allá por el 1720. Se conoce como la Casa de los Martínez porque perteneció durante muchos años a esta familia de raíz histórica en Areco. De su arquitectura colonial sobresale su piso en alto balconeado con rejas de la época de su construcción. La azotea se usaba muy poco, debido al elevado costo y a las dificultades de trasporte de la madera desde Entre Ríos, Corrientes o Paraguay. De los miembros de la familia Martinez, los más destacados públicamente fueron Don Antonio Martínez, natural de Galicia, quien fue Jefe del Fortín local con jerarquía de Comandante del Rey de España; Don Feliciano Antonio Martínez, hijo del nombrado anteriormente, quien en 1830 toma posesión de la Parroquia de Areco como el 10º Cura Párroco de la misma. Actualmente sus restos reposan sepultados debajo de la puerta de la Sacristía del templo, cubiertos por la lápida.